Uno de los principales impactos que supone la entrada en funcionamiento de un parque eólico sobre la fauna silvestre es la mortalidad de aves y murciélagos, causada principalmente por su colisión con las palas de los aerogeneradores, y en menor medida con las líneas eléctricas de evacuación de energía. Este hecho, que en ocasiones pasa desapercibido, puede ocurrir con relativa frecuencia si el emplazamiento de los molinos no es el más adecuado desde el punto de vista faunístico (zonas de paso entre valles, rutas de migración, etc.)
En la última década se han realizado estudios de gran magnitud en parques eólicos que han permitido el desarrollo de diferentes métodos estimativos de la mortalidad a partir de los datos de colisiones obtenidos en campo. En general, todos ellos requieren el mismo tipo de información para poder llevar a cabo la estimación:
– Número de colisiones observadas a lo largo de una campaña de muestreo (normalmente anual).
– Intervalo de tiempo entre muestreos (días).
– Número total de aerogeneradores y número muestreado.
– Probabilidad de detección de cadáveres por parte del observador.
– Tasa de desaparición de cadáveres (carroñeros, degradación…).
Para la obtención de los dos últimos valores es necesario realizar ensayos previos, preferentemente en cada estación y una vez al año. En el primer caso, la tasa de detectabilidad de cadáveres de un observador se determina en base al número de cadáveres localizados del total de cadáveres que han sido colocados por otro persona de manera aleatoria en los diferentes aerogeneradores de que consta el parque. En el segundo caso, la tasa de desaparición de cadáveres viene a reflejar cuanto tiempo permanece un cadáver tras colisionar antes de desaparecer, bien sea por depredación u otras causas, de manera que ya no sea posible contabilizarlo. Los ensayos de este tipo parten de la ubicación de un número determinado de cadáveres de diferentes tamaños de manera aleatoria en el parque eólico, registrando en visitas posteriores cuantos cadáveres van desapareciendo hasta el final del ensayo.
Un ejemplo sencillo es el estimador de mortalidad de Erickson et al. (2000), que viene definido por:
Donde m es el número total estimado de colisiones en el parque eólico en el periodo de muestreo, N es el número de turbinas, I es el intervalo de muestreo en días, C es el número total de cadáveres localizados en el periodo de muestreo, k es el número de turbinas muestreado, t es el tiempo medio que permanece un cadáver tras colisionar antes de desaparecer y p es la eficiencia de búsqueda del observador.
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