Las copiosas nevadas caídas estos últimos días pueden hacer pensar en una mayor dificultad a la hora de realizar los trabajos de campo, pero todo lo contrario, la presencia de nieve en nuestros montes facilita enormemente las labores de seguimiento de fauna silvestre.
Las huellas y señales de presencia dejadas por organismos en sus desplazamientos diarios permiten a nuestros técnicos realizar un mejor seguimiento de numerosas especies, que en otras épocas del año pasan más desapercibidas y requieren de métodos de estudio más complejos.
Huellas de oso (Ursus arctos).
Es por esto que las grandes nevadas suponen una herramienta muy útil aportando información de calidad para una época de escasez de observaciones en general.
Con un buen diseño del muestreo el seguimiento de huellas y rastrossobre nieve nos permite obtener estimas de abundancia y densidad, e incluso cuantificar tamaños mínimos poblacionales, para lo que es necesario una buena coordinación de los técnicos de campo y realizar los trabajos de forma simultánea en un área determinada. Se trata de un método de censo indirecto, basado en señales de presencia, ya que no suele haber contacto directo con los ejemplares.
Huellas de lobo (Canis lupus signatus).
Con el equipamiento adecuado y con especial precaución para evitar accidentes en la montaña, esta técnica nos resulta especialmente fructífera en áreas de montaña y con especies como el lobo o el oso pardo, por lo que frecuentemente se utiliza en los planes de monitorización y labores de seguimiento de estas especies .
BIOSFERA aplica esta y otras técnicas adecuadas según los objetivos y condicionantes, para sus estudios de Fauna, así como para sus trabajos de Monitorización y en los Seguimientos Ambientales.
Fuente de información y fotografías: BIOSFERA Consultoría Medioambiental, S.L.