Monitorización de la temperatura de los cursos fluviales mediante dataloggers

Desde junio de 2017 BIOSFERA ejecuta las acciones correspondientes al proyecto “ANÁLISIS DE LA VULNERABILIDAD Y ADAPTACIÓN DE LAS POBLACIONES DE DESMÁN IBÉRICO (GALEMYS PYRENAICUS) DEL SISTEMA CENTRAL FRENTE AL CAMBIO CLIMATICO PARA EL DESARROLLO DE POTENCIALES PROGRAMAS DE REINTRODUCCIÓN” con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica a través de la Fundación Biodiversidad y la colaboración de la Confederación Hidrográfica del Tajo, Confederación Hidrográfica del Duero y de la Junta de Castilla y León.

En las dos primeras comunicaciones (Primera publicaciónSegunda Publicación) se expusieron los marcos de actuación, los objetivos específicos del proyecto, la metodología empleada y un resumen de los resultados preliminares obtenidos hasta la fecha.

En la noticia actual, se comentan los trabajos realizados en relación a la monitorización en continuo de la temperatura del agua en los hábitats fluviales objeto de estudio.

En términos generales, los principales factores afectados por el cambio climático son la temperatura (Webb et al., 2008) y la precipitación (valores medios, extremos, variabilidad y estacionalidad). De acuerdo al informe técnico “Evaluación del impacto del cambio climático en los recursos hídricos y sequias en España” (CEDEX, 2017) y a la Plataforma AdapteCCa, las temperaturas sufrirán incrementos más o menos acusados en los escenarios de cambio climático analizados, llegando a superar en los casos más pesimistas los 6ºC. La temperatura del agua, que está ligada a la del aire, también se incrementará, lo que podría afectar a la tasa metabólica en los ríos y a su vez podría modificar el rol de las redes fluviales en el ciclo global del carbono, debido a que la fracción de carbono orgánico que es respirado podría incrementarse (Hughes, 2000).

Los macroinvertebrados bentónicos son taxones muy sensibles a cambios en la temperatura, en las precipitaciones y en los regímenes de caudal asociados a los cursos fluviales que habitan (Bunn & Arthington 2002; Lytle & Poff, 2004), por lo que son grupos  particularmente sensibles a los efectos del cambio climático. Uno de los principales efectos del calentamiento global, el incremento de las temperaturas terrestres tiene relación directa con un aumento de las temperaturas del medio acuático (Nelson and Palmer 2007). Se ha comprobado que un incremento de la temperatura del agua (que está inversamente correlacionada con los niveles de oxígeno disuelto en los ríos) es capaz de modificar la comunidad de macroinvertebrados y reemplazar las especies de aguas frías por otras más tolerantes (Morrill et al,. 2005; Jacobsen & Marín, 2007; Merino et al., 2009; Danish et al., 2013), lo que podría alterar la disponibilidad de presas y la calidad de los recursos tróficos para el desmán. Hay evidencias de que un incremento de la temperatura del medio acuático es capaz de producir una reducción en la densidad y tamaño de los macroinvertebrados, una alteración de los patrones y tiempos de desarrollo y emergencia e incluso variaciones en la sex-ratio de algunas especies (Hogg et al.,  1995; Harper et al., 2006; Sardiña et al., 2017, Bayoh & Lindsay, 2003).

Los macroinvertebrados son una pieza fundamental en la cadena trófica fluvial, constituyendo la base de la dieta de numerosas especies, por lo que esta interacción puede verse alterada si predador y presa responden de manera diferente al calentamiento global y se produce un desacople de sus ciclos biológicos (Sardiña et al. 2017). El periodo de emergencia puede jugar un papel crucial en la dinámica de las redes tróficas terrestres y acuáticas y puede afectar a los mecanismos que regulan el flujo de recursos entre ambos medios (Polis et al., 1997).

Es necesario destacar que los macroinvertebrados acuáticos constituyen casi el 100 % de la dieta del desmán (Santamarina, 1993; Castien & Gosalbez, 1995; Biffi et al., 2017b; Hawlitschek et al., 2018) y son el principal recurso trófico para muchos predadores terrestres, pudiendo llegar a suponer en algunas situaciones más el 80% de su dieta (Bertrand, 1994; Castien & Gosalbez, 1999; Kato et al. 2003; Biffi et al., 2017a), En el caso concreto del desmán, una alteración de los periodos de desarrollo y emergencia de los macroinvertebrados acuáticos como consecuencia de las variaciones térmicas del agua podría originar un desacople del ciclo biológico del desmán, provocando un desajuste entre el periodo de nacimientos y la abundancia de presas acuáticas, por ejemplo. Esta asincronía reproductiva que podría producirse con el desmán, ya ha sido constatada en otras especies y suele estar asociada con condiciones ambientales inestables o impredecibles, incluyendo las alteraciones causadas por el calentamiento global (Li & Johnson, 2011).

Como método para monitorizar en continuo la temperatura de los cursos fluviales del Sistema Central, se han instalado entre julio y agosto de 2017, sensores de temperatura en 58 cursos fluviales. Los Data loggers se colocaron en ríos con presencia histórica de desmán ibérico así como también en cauces ocupados en la actualidad y cursos que reúnen buenas condiciones para una eventual reintroducción de la especie, instalándose en mesohábitats con un régimen de velocidad considerado lento-profundo (Pozas permanentes), para evitar que se quedaran en seco en la época de máximo estiaje. Como medida de prevención contra avenidas, cada sensor fue instalado con una carcasa protectora y lastrada en el interior de oquedades formadas por raíces o piedras, lo que además permitió disminuir su impacto visual. Todos los Data loggers fueron programados para tomar un registro de temperatura cada 15 minutos. Un año después de su colocación se recuperaron un total de 44, lo que supone un ratio de recuperación del 76%. El resto de sensores fueron destruidos o inutilizados por las fuertes crecidas del pasado invierno, incluso alguno fue robado, con lo que no se dispone de información térmica de dichas localidades.

Data logger de temperatura y su instalación en carcasa protectora.

Una vez en gabinete, se volcaron aproximadamente un total de 1.485.000 registros, pertenecientes a los 44 cursos fluviales monitorizados. A pesar de que se compararon promedios de rangos de temperatura a diferentes escalas temporales (diarios, mensuales y entre estaciones,) no se observaron diferencias significativas entre los tramos con presencia actual de desmán analizados (poblaciones abulenses) y el resto de cursos fluviales de la vertiente del Duero. Sin embargo, la comparación entre promedios de rangos diarios, si mostró diferencias entre los cursos con buena cobertura vegetal en las orillas y aquellos ríos de cabecera con el cauce total o parcialmente expuesto, mostrando los ríos con un bosque de ribera estratificado promedios muchos menores. A modo de ejemplo nótense las diferencias encontradas en la cabecera del arroyo de la Hija de Dios (HIJA-3) con un promedio de rangos diarios 4,43 ºC, con respecto a la Garganta de la Cande con 1,68 ºC de rango.

Tabla 1. Promedios de rangos diarios de temperatura ( en ºC) en los cursos fluviales del Sistema Central, vertiente del Duero.

En los cursos fluviales que vierten  al Tajo se observó la misma tendencia que en tramos estudiados en la vertiente del Duero, si bien debido a una mayor insolación debido a la orientación predominantemente sur, los rangos resultaron mayores. Así mientras en algunas zonas de la cabecera del Cuerpo de hombre el promedio de rangos diarios fue tan solo de 1,20 ºC, en algunos ríos que transcurren por herbazales sin cobertura arbolada, como la cabecera del río Alberche o el río Piquillo alcanzaron un promedio de rangos diarios de 7,10 y 4,94 ºC respectivamente.

Tabla 2. Promedios de rangos diarios de temperatura en los hábitats fluviales del Sistema Central en la vertiente del Río Tajo.

En su conjunto, los valores térmicos obtenidos muestran diferencias en la temperatura acumulada atendiendo a la altitud de las localidades. Los arroyos situados a mayor altitud, son los que mostraron una menor temperatura acumulada. Entre los cursos que vierten a la cuenca del Tajo, el tramo con menos temperatura acumulada, fue el tramo situado en la cabecera del Río Cuerpo de Hombre (CUER-3), (Altitud 1863 m.s.n.m.) mientras que en los cursos que vierten a la cuenca del Duero, la menor temperatura acumula se observó en la cabecera de la Garganta de las Pozas de Gredos (GRED-3), (Altitud 1918 m.s.n.m.).

De acuerdo a este estudio, se puede concluir que en tramos de cabecera existen mayores oscilaciones térmicas, pero una temperatura total acumulada más baja. Los cauces con bosques de ribera bien desarrollados y una adecuada cobertura vegetal tenderían a ser más estables desde un punto de vista térmico, por lo que se verían menos afectados por el incremento de las temperaturas consecuencia del calentamiento climático. Favorecer el mantenimiento y desarrollo de una cobertura vegetal adecuada podría compensar en parte los posibles efectos sobre el ecosistema acuático.

Del mismo modo resulta crucial iniciar un programa de monitorización de las temperaturas de los cursos fluviales de montaña que permita evaluar los efectos del cambio global y facilitar la adopción de las medidas adecuadas para su mitigación en los ecosistemas fluviales de montaña, en especial los del Sistema central debido a su alto valor ecológico. En el caso del desmán ibérico la monitorización de los parámetros térmicos ayudará a entender la dinámica de las poblaciones y permitirá diseñar estrategias de conservación adecuadas teniendo en cuenta todos los aspectos relativos al medio fluvial.